martes, septiembre 17, 2013

Bogotá Despierta!


Siente rabia por no saber si la luz roja es seguir y la verde detenerse, o si es al contrario. La espera le condena, pues en la ciudad que nunca duerme, esperar, es un suicidio anunciado. Le pide a las personas que pasan a su lado que le ayuden, pero en la ciudad que nunca duerme, escuchar a un desconocido, es de locos.
No tiene idea de qué hacer, hacia dónde ir, a dónde mirar o incluso qué pensar, porque en la ciudad que nunca duerme, pensar tanto, te puede rayar.

1 comentario:

Linknas dijo...

Si que raye!