¿Cuántas personas pueden cerrar un ojo y mantener el otro abierto, y después cambiarlo?
¿Cuántas personas regresan a tu vida, sin que sientas que el tiempo pasó?
¿Cuántas veces te pueden hacer sonreír esas personas?
¿Cuántos caminos se bifurcan?
¿Cuántas veces puedes completarle la frase a una persona con la que estás hablando?
¿Cuántas películas hay en el mundo?
¿Cuántos computadores pueden estar prendidos a esta hora?
¿Cuántas canciones hablan de la Luna?
¿Cuántas historias faltan por contarse?
¿Cuántos hashtags pueden inventarse en 1 hora?
Vidas que se apartan, caminos que divergen, vidas pasajeras, delirios constantes, ir más allá de lo predecible, vivir sin necesidad del tiempo, alcanzar por un instante aquello que aparece en mis sueños constatemente, teniendo la esperanza de que nunca más lo volveré a perder
miércoles, octubre 16, 2013
lunes, octubre 07, 2013
El último beso
La madrugada abría espacio para un final memorable, mientras afuera en la calle varias personas ya empezaban a irse para sus casas, o para las casas de alguna pareja de una noche o de un amor de toda la vida. Pero el punto era que mientras todos se aglomeraban en una calle repleta de carros amarillos, y de retenes de policías, y dentro del sitio varias personas trataban de sacar sus bolsos y chaquetas, para después bajar - con la ayuda de la baranda o sin la ayuda de ésta - las escaleras. Justo al finalizar las escaleras, recuerdo haber visto que sus ojos me hablaron, igual que los míos a ella. Entonces le hice caso a lo que ellos me dijeron, y le besé, le besé en medio de la gente que bajaba, de los señores que pedían el favor de salir del lugar, me quedé allí en ese rincón besándola, mientras a los minutos de esa madrugada se los llevaba nuestro último beso...
... de esa noche
... de esa noche
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