lunes, agosto 18, 2014

Ella

Le recuerda realmente bella, sin cicatrices, sonriendo, con alas. En una mano un cono de helado, en la otra su perro. Lleva unos converse blancos, el color lo sé porque le acompañé a comprarlos, de lo contrario no se sabría de qué color son, medias fucsia para que no combinen, pantalones negros, los más cómodos que se pueden usar un domingo en una tarde de sol, no le aprietan, de hecho son anchos, al que le interese verle la figura, está jodido, porque no verá más que un pantalón bombacho bailando mientras ella camina. La camiseta que lleva es cuello en V, de color blanco, y al lado izquierdo, justo donde queda el corazón, tiene dibujado un girasol, porque según ella, "siempre hay que buscar el sol", y yo respondo tarareando mentalmente "antes que ver el sol, prefiero escuchar tu voz". Lleva gafas de marco azul, no gafas para el sol, gafas para ver, porque no quiere perderse ningún detalle, "hay que mirar bien, no sabes quién puede estar sonriéndote por ahí", y yo le respondo mentalmente "la única que quiero que me sonría, eres tú". Lleva un gorro, que por cierto no le combina con lo que lleva puesto, pero bueno, ella es así. Supongo que su gorro es para no mostrar sus "cabellos", que al igual que los de Mafalda "tienen libertad de expresión".

El viento y el sol, están a su favor, porque no hubo momento aquella tarde en que la hicieran ver mal, incluso el helado que terminó en  la camiseta la hace ver tierna, frágil, pero tierna. Hasta el perro exalta su belleza. Es como si te dieran en combo a ella y a su perro, si la quieres a ella, quieres al perro, se hacen querer los dos, es imposible no quererlos.


Así te recuerdo, o así te invento, o así te imagino, o así te sueño...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo me gusta leer tu blog!