martes, abril 02, 2013

Me gustan los Martes cuando apareces

Parece que hoy tenía que verte, al menos eso ocurrió cuando justamente te pensaba, y era martes, y apareciste, sin avisarle a mis nervios. Es como si hubieras estado haciendo algo antes, y mi mente te hubiera traído de corrido a donde yo estaba.

Me alegra que hayas aparecido, o más bien que te haya llamado con la mente. Así sean fugaces esos encuentros, y los martes no sean precisamente mi día favorito de la semana. Pero te encuentro, e intercambiamos una que otra palabra, una que otra sonrisa, aunque hoy yo tenga menos de media sonrisa. Estás frente a mi, y a las palabras las mantienen mis ganas de que te quedes justo ahí, delante mío, hablando de cualquier cosa, tratando de mirarte a los ojos.
Ganas no me faltan de invitarte a algún plan que no nos comprometa, pero sé que las posibilidades de recibir un No vuelan más alto que las de recibir un Sí como respuesta, entonces me abstengo de hacerlo, y eso me entristece, pues yo a diferencia tuya, sí te quiero cerca de mi vida, y no es que tome a mal tu decisión, o que no la comprenda, es sólo que queremos cosas diferentes para este reencuentro que tuvimos hace unos cuantos meses, pero al final termino respetando y aceptando eso que tú quieres, y eso que yo nunca quise.

Hoy cuando te despediste - y que no quería que lo hicieras - me quedé pensando en las cosas que extraño de la búsqueda de una gran batalla.
    El galope de nuestros caballos
    Los instrumentos que acompañaban nuestras charlas
    Los dos pares de ojos claros en medio de un café y un helado
    Pero sobre todo, extraño a la Música...



 sí, a la Música, a ella, es a la que más extraño...

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