sábado, mayo 28, 2011

º_O

Su fragilidad se encontraba en el color que sus ojos percibían el mundo, no le desgarraba el alma el hecho de no tenerle, sino la situación que no dejaba de repetirse. Su mundo estaba recién pintado, razón por la cual nadie podía permanecer allí más de escasos segundos, de lo contrario se untaría, y no podría seguir su vida con aquella marca de pintura. La sensación de ver el mundo de otro color no le satisfacía en lo más minimo, pues su cuerpo y su mente eran ajenos al mundo de los otros. Su mundo real blanco, como el de las paredes del manicomio al que hace ya un año le llevaron, su mundo interior rojo, como el amor.

No hay comentarios.: