miércoles, julio 11, 2007

En la madrugada

Sabía que desde aquella ocasión no sería nuevamente la misma, la misma, la misma…
Golpeaba el reloj como si quisiera entrar en él y que éste creara otra vida paralela a ella, una más pulcra, menos blanca, y menos formal, más libre con poca azúcar y muchas dietas, con 12 rosas, una por cada mes y una por cada mujer.



Quería que su vida paralela fuera de goma, con eso no le doleria si cae de algún lugar, quería que tuviera ojos de madera, corazón de piedra, mente de bombillo, lágrimas de tinta, manos de fuego, pies de icopor, y boca de cuchillas… el cuerpo perfecto y la vida perfecta

6 comentarios:

Not dijo...

Quería, por tanto, ser una persona de teleserie... ¿Qué sería entonces del dolor? ¿Vida sin dolor? ¿Sin protestas, sin quejas, sin blog, sin inspiración?

Te aburrirías.

Caperucita dijo...

querer... no es poco

Anónimo dijo...

La mayor creatividad nace cuando uno sufre, no sé bien porque es así, pero ocurre la mayoría de las veces.

Princessa dijo...

No existen las personas perfectas.
No existe la perfeccion, que por lo demas es algo muy subjetivo.
Hay que ser y vivir como uno es, con aspiraciones, pero jamas aspirar a lograr la perfeccion total.
Un abrazo, que tengas un lindo fin de semana

Miss B. dijo...

el cuerpo perfecto... eso también quiero yo!

quienquieraquesea dijo...

Congelar el tiempo un segundo...
Quedarnos como manecillas de reloj varado a media noche...