¿Una mente sin recuerdos?

No recuerda su nombre, ni su dirección, ni a qué sitio le dijo al taxista que le llevase, no tiene miedo, simplemente quiere recordar al menos su nombre. El taxi se detiene y la deja al frente de un parque, es un hermoso parque, pero por qué estoy acá? - piensa y se pregunta -. Se sienta en el columpio, se balancea, su parpadeo es lento, como si con eso lograra recordar, pero su intento es en vano. ¿Por qué estoy acá? - lo repite de nuevo - el viento y los niños jugando en la arenera no le producen nada. Fuma un cigarrillo también lentamente, y el humo se disipa tan rápido como su intento por recordar, no hay un pasado, pues no lo recuerda, y menos un futuro porque no tiene idea de quién es. Le ve pasar, pero no le recuerda, ni un suspiro sale de su cuerpo...


[La mañana de ese día, había decidido despejar su mente en esos lugares donde borran la memoria, quería olvidarlo todo, creyó que con eso viviría tranquila, ajena a cualquier recuerdo que inundara su presente. Pero a eso que está viviendo no se le puede llamar presente]
Su vacío no le duele, pero si tuviera memoria aquel vacío sería tan doloroso como la noche de ayer en que escuchó esas tristes palabras con las que su corazón quedó roto.